martes, 18 de agosto de 2009

La industria del armamento, un negocio redondo

La industria del armamento es tan poderosa que puede hacer que un país ataque a otro sólo porque tiene que justificar sus gastos en armamento.

Es tan cruel la carrera armamentista que el mismo fabricante, muchas veces, le vende a los dos países en conflicto, entregando las más sofisticadas a quien paga más o con quien tiene algo en común o el que le garantiza más inversión con menos impuestos, etc.
Pero aún es más cruel el país que vende armas que, a veces no le basta con esperar que haya conflictos para vender, sino que los crea, los origina, los inventa.

Todos los seres humanos condenamos la guerra, sin embargo, presenciamos orgullosos todo símbolo belicoso que ostenta cada país. No es necesario ser judío, palestino, europeo, latinoamericano. A todos nos conmueve la guerra. Somos los únicos animales (eso de pensante hay que verificarlo) que es capaz de matar solamente por el placer de matar.

Escribo esto, no porque sea cristiano, porque como cristiano condeno la muerte, porque aún si fuera ateo, también condenaría la guerra. No hay justificación alguna para la guerra, porque está demostrado que el único que gana en una guerra son las empresas y los países que fabrican armas.

De todas las industrias, es la que no debe tener ninguna falla. Una bala tiene que estar bien diseñada, no debe fallar. Lo mismo que un misil o una bomba. No tienen ningún tipo de error. Es inconcebible que, por ejemplo, Estados Unidos arroje una bomba a Irak y ésta no estalle. Son perfectas. Es la única industria con cero error, infalible, letal, perfecta, lista para destruir y matar.

El error garrafal que tenemos los seres humanos pensantes es creer que no hay guerras, que si lo hay es solamente al otro lado del mundo, en el lejano oriente. Total, mientras menos nos enteremos, es mejor.

Pero no, como cristiano, que creo en el Dios de la Vida, igual si fuese ateo, me duele lo que pasa en Irak, en Afganistán, en Irán, Liberia, Argelia, Angola, Burundi, Afganistán, Chechenia, Irak, Nepal, Sudán, Sierra Leona, Somalia, Uganda. Hoy me duele aún más la matanza y masacre de los israelitas contra los palestinos. Miles de inocentes muertos, masacrados, mutilados.

Que pena que los sueños de Martín Luther King, de un país comprometido con la libertad, con la democracia, con la igualdad de derechos hasta ahora no haya sido realizado. ¿Obama? ¿Esperanza del cambio? Espero equivocarme sinceramente, pero hasta ahora no solamente no ha condenado la matanza, sino que hasta la ha justificado. Total, para los militares estadounidenses, que siguen destrozando Irak, Afganistán y otros más, importa justificar los más de 144 mil millones de dólares en seguridad, aunque para eso tengan que comprometer la paz mundial y por ende, la vida de los seres humanos que lo único que queremos es, vivir en paz.